Dayro Moreno no le dio tiempo a Jaguares de acomodarse en la cancha, ni a los 24794 asistentes al estadio para sentarse, cuando a un pase de Macnelly, tiró una granada al arco de Mosquera, que rompió la red en mil pedazos,
1-0, apenas al minuto de juego,24’después Diego Arias recuperó un balón en la mitad del terreno, hizo un pase a Dayro y éste habilitó a Matheus Uribe, quien con un lanzamiento diabólico colocó el marcador 2-0. El partido quedó definido.
Nacional, en el primer tiempo, tuvo el contraste de pasajes de muy buen fútbol, con la angustia de ver a Armani salvando la choza en tres apariciones de Carrillo, Mezú y Vanegas. Cuando fue al ataque circuló rápido la pelota, ensanchó el avance por las bandas y sacó el agradable repertorio del potrero: triangulaciones con descargas, paredes, pantallas y gambetas. Todo un espectáculo.
Sin embargo, falló en recuperación del balón en la zona de Aldo Leao, quien acusó la falta de ritmo y la combinación de tiempo y distancia, obligando a Arias (de muy buena actuación) a multiplicarse en el medio como pulpo con muchos tentáculos.Como al visitante se le permitió jugar entre las líneas de mediocampistas y defensas, Armani tuvo mucha exigencia, porque el partido se convirtió por momentos en idas y vueltas reiterativas.
Macnelly aportaba la distribución, Arias la recuperación y el agrande defensivo entre los centrales, y Dayro y Matheus los goles. Además Matheus e Ibargüen, iban por fuera y se cruzaban hacia los pasillos interiores, para establecer superioridades numéricas en las zonas calientes del campo.
Para el segundo tiempo funcionaron los cambios de Redín, mientras los de Bodhert no fueron desequilibrantes. Nieto le dio más apoyo a Arias, Aldo Leao se fue unos metros más arriba, para llenar el vacío de Macnelly a quien se le dio descanso (preparando el juego clásico contra América), al igual que a Henríquez y Dayro. Combinó Nacional lapsos de posesión, para apaciguar los ánimos del adversario, con otros de ataque y produjo 5 llegadas de peligro. Jaguares se limitó a un tiro libre de Mezú, que salvó Armani en voladora y desparecieron sus movimientos de ruptura.
En resumen, el local tuvo buenos rendimientos individuales y grupales, se mostró más profundo, abrió espacios con velocidad y precisión y fue elogiable su despliegue físico y estético.
El reloj verde sigue sincronizando las piezas, gana los partidos y mantiene el arco en cero. Motivos suficientes para alegrar a la parroquia.
No les parece ???
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.