Por: Juan Felipe Velásquez.
FOTOS: CORTESÍA DIMAYOR.
Les voy a ser muy honesto en esta editorial, pues para el partido de ayer estaba bastante ilusionado cuando vi la formación titular. Y no porque esperaba a un Nacional arrollador en juego, pero me ilusionaba ver un modulo distinto, jugadores de bajo perfil y pocos minutos durante el semestre. Estaba expectante con poder comprobar que Nacional, más allá de los nombres, podía ser equipo. Que equivocado estaba. El equipo antioqueño no solo cayó derrotado, pero además mostró poquísimo fútbol. Un deja-vu de lo que ha sido en los últimos 5 partidos por liga.
1-0 a favor de La Equidad y, como prometí ser honesto, debo decir que el resultado fue corto. La superioridad aseguradora fue notable, evidente, casi palpable. Nacional nunca fue amenazante, nunca dominó el partido, nunca fue fluido en su juego. La Equidad, con un planteamiento valiente (muy en contra vía a los que normalmente suele mostrar), se quedó con el partido en todas sus esferas.
Desde que Nacional confirmó su clasificación, mi foco de análisis se ha concentrado en dos aspectos:
- Que Nacional, pese a la clasificación asegurada, mantenga el espíritu competitivo.
- Que el cuerpo técnico recupere el nivel de los suplentes para no depender de los titulares.
Estos dos pilares me parecían fundamentales, pues para Nacional, como institución, se les convirtió en una maleta pesada el no poder alcanzar un título de liga desde hace más de 5 años; pero para ser campeón, no basta con traer buenos jugadores y esperar que la estrella “baje del cielo” solo por tener una plantilla con calidad. La gestión deportiva es, en sí misma, más importante y fundamental.
Precisamente, es indiscutible que el once titular de Nacional tiene calidad de sobra. Mier, Cabal, Gómez, Andrade, Moreno, Pabón, etc. Jugadores que están capacitados (y en correcto nivel actual) para darle el anhelado regalo a la hinchada, pero si la responsabilidad se les descarga solo a ellos, entonces estamos en problemas.
Ningún equipo ganó sin ser eso: un equipo; y Nacional no tiene un equipo. No ha conseguido construir equipo. Nacional tiene individualidades en alto nivel, pero son unos cuantos. Nacional, entonces, peca en los dos pilares fundamentales que ya hemos analizado:
- Individualidades y no equipo.
- Pocos jugadores en buen nivel y el resto sin lograr estar a la altura del desafío.
Con este panorama, bajo esta realidad, en este contexto inicia Nacional su participación en los cuadrangulares finales. Si al inicio de la era ‘Arriero’ Herrera se podía palpar la ilusión de la hinchada y el disfrute en el Atanasio, hoy la realidad es qué hay más incertidumbre que cualquier otra cosa.