A Santa Fe, le bastaron diez minutos de buen fútbol, para ganar el partido de ida de semifinales del torneo colombiano sobre Atlético Nacional. Se hizo dueño de la pelota con Omar Pérez como repartidor de caramelos en el medio. Es un jugador de esos que siempre está desmarcado, para arrancar desde zonas muertas del campo. Johnatan Copete era un demonio disfrazado de cardenal e hizo de la banda izquierda, una autopista de ingreso al área verdolaga, facilitado su trabajo por la mala marca de Sebastián Pérez y las deficientes coberturas de Francisco Nájera. Los defensas verdolagas quedaban a mitad de camino, superados por la velocidad del santafereño. Y como tercer argumento, el trabajo en ataque y defensa del lateral Dayron Mosquera, quien contribuyó en la jugada del gol y salvó de la raya una vaselina de Santiago Tréllez, cuando Camilo Vargas quedaba a mitad de camino. Pared de Copete y Dayron. El primero llegó casi al fondo y con un pase hacia atrás, a la garganta del área, facilitó el zurdazo de OMAR PÉREZ.- Minuto 10. 1-0.
En el primer tiempo Nacional no aguantaba la pelota, que una y otra vez volvía a los guayos locales, a tal punto que Copete estrelló un balón en el vertical que bien pudo ser la segunda anotación de la gente de Wilson Gutiérrez (m.35). A los errores defensivos de la visita, se sumaban la falta de anticipación a Omar Pérez y el hecho de que jugadores y pelota, raramente viajaban juntos a territorio de Vargas. No obstante, el verde tuvo tres aproximaciones ( dos de Tréllez y un remate de Sebastián Pérez con dirección de arco, que el cancerbero local desvió a la esquina en una voladora para el aplauso) y una oportunidad inmejorable para empatar ( m. 34) cuando Santiago Tréllez superó a Vargas y cuando la pelota entraba, apareció Mosquera como un fantasma para ahogar el grito de gol en la raya.
En los 45 finales un fuerte aguacero y descargas eléctricas, llevaron a varias suspensiones del juego. A medida que arreciaba la lluvia, se ausentaban las emociones. Muy poco para destacar en las zonas de finalización de jugadas . Los charcos impedían que el balón rodara y la infantería dio paso a la fuerza aérea. Los dos conjuntos quedaron pendientes de alguna media distancia salvadora, de un cabezazo o un rebote. Nada de lo anterior se produjo y las cosas terminaron como habían comenzado.
Ganó Santa Fé , porque tuvo más bríos, más chispa y más decisión.
Perdió Nacional porque en 90 minutos las dudas superaron a las certezas.
Al verde le queda la cuesta inclinada para el partido de vuelta, el próximo domingo.
Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.