Nacional pasó con gran facilidad, de su fútbol gordo frente al Pasto, a éste famélico de la noche barranquillera, en la que escasamente igualó 1-1-1 con el colero del campeonato que está en caída vertical hacia el descenso.
Se mostró como un barco a la deriva sin timonel y a la espera de una acción individual, porque en lo colectivo quedó con saldo en rojo. Hace una semana embelesó e ilusionó a la tribuna. Hoy estuvo en contravía con su historia y no pudo reflejar la superioridad de su nómina.
A los 4’ se descolgó hacia el área verdolaga el lateral Nelinho, salió el arquero Vargas y el rival se lanzó en clásico ‘’piscinazo’’ El árbitro Otero le comió cuento y decretó penal inexistente, que cobrado por PABLO ROJAS situó el marcador 1-0. A los 30’ ALEJANDRO BERNAL en acción personal disparó una ojiva nuclear desde 30 metros y la pizarra se igualó 1-1. Era volver a empezar.
Uniautónoma sabedora de sus limitaciones tejió una red de 1 arquero, 4 defensas y 5 volantes, para cerrarle los caminos a los verdolagas, lo que representó que 10 jugadores se cosieran bien por detrás de la línea del balón y quedaron con un solo hombre en punta: Yuberney Franco, ahí comenzaron los problemas de Nacional: recostó su juego por la derecha y se olvidó de la otra banda; a Macnelly limitado a cobrar los tiros libres se le contabilizó como desaparecido en combate; Chará y Berrío no conectaron a Duque, ni ganaron en el hombre a hombre; los laterales no dieron ni amplitud ni profundidad al juego; cuando entró Guerra resultó intrascendente; al equipo le faltaron velocidad con la pelota, movilidad para desmarcarse y la clásica acción de amagar por un lado y quebrar por el otro ; su posesión de la pelota fue estéril y las ideas se congelaron.
Los universitarios se ganaron la vida en el primer tiempo con sudor, marca intensa en el medio y concentración en defensa.
En el segundo acto arriesgaron más y en tres contragolpes pudieron liquidar el partido, pero fallaron en definición : 2 veces con Rojas, una de ellas con estrellada de balón en el palo y otra con un rechazo de Henríquez en la raya de gol.
En el otro lado Nacional se dedicó a bombardeos en el área del arquero Sebastián López, pero sin remates, mientras los defensas y volantes enemigos se multiplicaron en rechazos fuertes y largos. Por todo lo anterior fue previsible en su accionar y por ende controlado. Bronco en el juego corto e impreciso en el largo, ‘’el rey de copas’’ resultó impotente ante un enemigo pequeño pero cerrado en defensa, enredador en el medio y aventurero en ataque.
Nacional debe entender que cuando el talento y la inspiración no aparecen, el juego se evapora en medio de la neblina.
¿No les parece?.
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.