Millonarios fue justo ganador frente a la suplencia de Nacional por varias razones : más filo en sus penetraciones ofensivas, mejores mezclas y posesión de la pelota, presión adelantada que trabó la salida del adversario desde el fondo, mayor dominio territorial en sus invasiones que partíeron de copar en buena forma la zona intermedia y acierto en la última jugada, pese a que desperdició un manojo de llegadas hasta Cristian Vargas, quien evitó varias veces la caída de su caseta.
Nacional se fue en ventaja a los 14’ en una combinación entre Ramírez, Arley y RODIN QUIÑONEZ autor del tanto y sumó 3 situaciones más de peligro : un gol mal anulado a Cuesta, un disparo de Velasco y otra oportunidad fallada por Arley. Millonarios se convirtió en una tempestad, con gran tonelaje de ataque a partir del minuto 24. Dos penales no sancionados contra Barreto y Del Valle y malas decisiones en la última puntada en apariciones de Del Valle (2), Barreto, Manga y Cadavid.
Resultó interesante el primer acto, puesto que los talentos fueron los protagonistas. Quiñonez, ” ël indio” Ramírez, Arley y Dájome basados en transiciones hacia Vikonis por un lado y Barreto, Núñez, Manga y Ayron en el otro sector de la cancha. Los visitantes impusieron su ley hasta el citado minuto 24 y de allí en adelante gobernaron los embajadores. Y en la mitad de los dos bandos, el árbitro Luis Sánchez se hizo blanco de las críticas, faltándole todavía la validación del primer gol de Millonarios en fuera de lugar ( 73’).
Millonarios salió a comerse el mundo en el segundo tiempo, porque sabía que si iba a morir, mejor lo hacía de frente. Aumentó la presión en territorio enemigo, le sacó la pelota a Nacional y éste en las pocas veces que no interrumpíó juego y logró recuperar el cuero , no supo buscar zonas muertas para hacer descargas. Fue un monólogo embajador, solo interrumpido una vez (50’) por un disparo de Dájome que pasó cerca del horizontal. Balón, intensidad, terreno y pelota tuvieron como dueño a Millonarios, que aumentó su dinámica con el ingreso de Robayo y Silva, para establecer superioridad en el sector de Bernal y Blanco.
Para ensombrecer más el panorama de Nacional, sus delanteros colaboraron poco para dar la batalla en el medio y no volvieron a conectar en ataque. Por lo tanto todo era cuestión de que pasaran los minutos, para acabar con el festival del desperdicio. Hicieron los goles AYRON ( fuera de lugar) y SILVA en una media distancia en la que nadie lo acosó y de sobremesa, la pelota dió en Roderick para descolocar al arquero Vargas. Dos tantos en 5 minutos, que sumados a otras opciones de Ayron (2) y Henao, ajustaron para el verde un paisaje de penumbras. ( Cuando Redín sacó a Ramírez, quien era un jugador de manejo y desequilibrante , cambiándolo por Dayro Mosquera, la luz se fué del todo). El verde se estancó en tres cuartos de cancha y Vikonis se dedicó a aplaudir, porque nadie se arrimó más por esos lares.
Cuando la mano quedó cambiada para Nacional, no hubo un solo líder que se encargara de izar la bandera. Millonarios lo erosionó poco a poco, con velocidad y el mayor número de jugadores involucrados en los escuadrones ofensivos, incluyendo el acompañamiento de sus laterales y la llegada de los volantes. Lo anterior agregado a dos hechos : el anfitrión ganó muchos duelos individuales que siempre inclinan la balanza y en la zaga del verde hubo desajustes .
Nacional perdió un invicto de 22 jornadas entre partidos de Copa Colombia, Suramericana y Liga. Eso explica los abrazos azules en la cancha y la gran fiesta en la tribuna.
No les parece ???
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.