Por: Juan Camilo Álvarez Serrano
Los últimos dos procesos ganadores en Atlético Nacional con Juan Carlos Osorio y Reinaldo Rueda tuvieron a la Superliga como un punto para cimentar un equipo lleno de éxito deportivo y con una idea clara de juego.
Tras la turbulencia del segundo semestre de 2011 y la Copa Libertadores 2012 donde Santiago Escobar sale del equipo, llegó Juan Carlos Osorio para afrontar el desafío de la Superliga, torneo que recién comenzaba a andar en el país y que Nacional lo pudo conquistar a pesar de las lesiones y lo duro que fue Junior, para continuar una etapa donde el verde siguió de corrido, ganando dos Copas Colombia consecutivas en 2012 y 2013, tres Ligas consecutivas y un subtítulo en la Copa Sudamericana.
Para 2015 y con la salida del Míster Osorio, Reinaldo Rueda llegó con el desafío de retornar a Nacional en los primeros puestos. En su primer semestre ganó la Liga y para 2016, la Superliga le sirvió como impulso anímico para afrontar la Copa Libertadores que conquistó el equipo verdolaga por segunda vez en su historia. No contento con eso, Rueda ayudó a lograr la Copa Colombia de 2016, más la final que no se pudo disputar de la Copa Sudamericana y un tercer lugar en el Mundial de Clubes, luego consiguió la Liga del primer semestre de 2017 con la Recopa Sudamericana de ese año.
Autuori, técnico brasileño que tuvo una primera etapa muy complicada en 2019 con el impedimento para contratar jugadores por una demanda en el equipo, el estratega les dio la confianza a los jóvenes y ellos le respondieron, aunque faltó consolidarse.
En esta segunda etapa, Paulo tuvo tiempo de trabajo y aunque el equipo todavía no logra los resultados y el funcionamiento esperado, este título de la Superliga servirá para tener un respiro ante la presión que conlleva estar en el equipo más grande del país, poder mejorar las ideas de juego para hacer un mejor papel en la Copa Libertadores, certamen donde no avanza a octavos de final desde 2018 y en Liga, pelear el título 18. Hasta el momento, Paulo muestra que las segundas partes son buenas, aunque esto apenas comienza.