Empezaré esta nota con la satisfacción de percibir que la mayoría de la hinchada verde ya no se siente a gusto con solo ganar. Ayer Nacional ganó en su debut en copa libertadores, pero la mayoría de los hinchas quedamos con un profundo descontento.
Y es que, más allá de que en el fútbol no existe la lógica, la presentación del equipo fue pobre y el resultado solo se justifica desde lo individual y no en lo colectivo.
Colectivamente Nacional es un mar de dudas. El rendimiento futbolístico es nulo y el equipo cada vez juega peor. La verdad es que, a medida que pasaban los minutos, todos perdíamos la fe y sentíamos que la remontada era lejana.
Para hablar del rendimiento de Nacional basado en el resultado se pueden ver muchos noticieros deportivos que su función en informar. Ustedes y yo asistimos aquí para ir más allá de la pálida victoria ante Patronato. Porque si, se ganó, pero sin argumentos.
Y es que a veces puede ser que el equipo gane jugando mal. Pasa, ha pasado y pasará, pero es que jugar mal se volvió costumbre en este proceso. De hecho, la veces que el equipo se ha visto como un equipo en cancha son contadas y caben en los dedos de una sola mano. Luego de eso, solo hemos atendido a ver mal fútbol, niveles bajos y planteamientos erráticos.
Que sea la oportunidad, una vez más, para sentar mi posición: el rendimiento de Nacional, como equipo, trasciende más allá de la cancha. Nacional no volverá a ser Nacional mientras los directivos no apunten a un verdadero proyecto. Potenciar la cantera es positivo, pero no basta para ser proyecto.
Nacional no volverá a darnos la sensación de ser poderoso mientras sus directivos no se pongan de acuerdo, mientras sigan luchando por sus propios intereses y no los de la institución.
Por lo pronto, nos queda claro que tras 5 meses recorriendo el proyecto Autuori, el equipo involuciona en su fútbol. Se percibe que el equipo se esfuerza de acuerdo al rival que tenga en frente.
Si Nacional enfrenta al último del rentado, iguala su nivel y neutraliza su rival, pero jamás se impone.
Si Nacional se enfrenta al mejor de Sudamérica, se potencia y se compromete a competir para igualar su nivel y neutralizar el rival, pero jamás se impone.