Por: Juan Felipe Velásquez.
Los juveniles ganan partidos, los experimentados ganan títulos. Cae con todo el peso sobre Nacional este axioma casi incuestionable del futbol. El verde de la montaña debutó con derrota ante Millonarios en el primer partido de los cuadrangulares finales y la sensación en todos fue la misma: buen fútbol, pero faltó jerarquía.
Evidentemente, este proyecto que propone la directiva verde no puede basarse en la pronta y masiva venta de juveniles. Un proyecto así solo es digno de equipos como Envigado. Nacional y su gente tiene un prestigio que defender en cada fecha y es absurdo e injusto pedirle a chicos de 20 años (o menos) que se carguen ese pesado paquete en sus hombros.
La directiva de Nacional tendrá que entender que el equipo requiere una nómina con suficientes jugadores de renombre y recorrido para que acompañen la formación de los chicos, además de confeccionar una plantilla que esté a la altura de la institución y su historia.
El verde es más fichajes de los que acierta y la mentalidad ganadora que tanto reclamamos se diluye en cada mercado de pases. Tener un buen equipo cuesta dinero, si, pero al final es una inversión que será retribuida en títulos, asistencias masivas y juveniles que maduran y crecen más rápido y mejor.
Es hora de dar el paso hacia adelante que demanda la historia y proveer a este equipo con las herramientas suficientes para llegar a buen puerto. El actual DT ha demostrado ser un hombre afín con el ADN de la institución, los juveniles han demostrado tener la calidad necesaria para ser exportados al primer fútbol del mundo, pero la directiva sigue sin estar a la altura y el partido ante Millonarios lo demostró.
Y es que el embajador no tuvo que recurrir a su mejor rendimiento para hacer ver mal a Nacional en varios momentos del partido. La experiencia de Juan Pablo Vargas, Macallister Silva, Cataño y Castro fue la clave que rompió el planteamiento táctico. Perro viejo ladra echado y los jugadores de mayor recurrido en Millonarios supieron manejar los tiempos del partido, armados de años y años de fútbol en su historial, terminaron por destruir el espíritu de un Nacional que estaba armado de chicos de la cantera en su mayoría.
Y lo preocupante del caso es que aún falta enfrentar a America y Medellín, dos equipos con DTs muy inteligentes y que tienen plantillas llenas de jugadores con experiencia y recorrido.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo y nadie discute la calidad de los juveniles, pero si no se les rodea correctamente, Nacional se convertirá en la cenicienta del FPC