El fútbol, esa pasión indescriptible, que fluctúa entre amores y odios en los clásicos regionales, premió al equipo de mayor vocación ofensiva y castigó al que quiso especular supeditado a algún milagro del contragolpe. Mientras Leonel arriesgó con la posesión de la pelota y mejores intenciones atacantes, Reinaldo apostó a la medrosa defensa del espacio y a algún regalo del cielo en la contra.
Un primer tiempo de lucha intensa por el dominio del medio campo. El rojo en la iniciativa y el verde con la premisa de no dejar jugar, a tal punto que Chará y Berrío, supuestamente hombres de llegada, fueron destinados a frenar las salidas de Valencia y Tipton. El pánico, por encima de la ambición. Los 34416 clientes quedaron sin emociones , porque el DIM buscaba caminos al arco y el verde solo pensaba en impedirlos.
Ninguna jugada colectiva, ningún faro en la creación y solamente dos llegadas por intermedio de pelotas detenidas: un tiro libre de Yulián y cabezazo de Berrío, fáciles para la detención de David González y otro cobro de Tipton que exigió al máximo a Armani. El 0-0 representó dos bostezos en la noche del Atanasio, en medio de ese combate sin tregua por el ecuador del terreno. Dos equipos sometidos al yugo táctico, sin que funcionara lo colectivo, ni aparecieran las individualidades.
Transcurrían 1’10’’ del acto final, cuando los guardianes visitantes se descuidaron y permitieron un centro de Valencia. El balón llegó a Ángelo quien lo aguantó al máximo y esperó el arribo de CRISTIAN MARRUGO desde la segunda línea de fuego. El creativo rojo recibió el pase precioso y preciso y de zurda con dirección a la ratonera, decretó el 1-0, para dibujar la noche de rojo. A partir de entonces Nacional quedó mareado y Marrugo frotó la lámpara de Aladino, como guía de la contienda .,
El hasta entonces medroso Nacional quiso reaccionar y cambió su postura defensiva, por alguna llegada de empate. Pero el verde siguió con un problema ya comentado : no tiene líderes en la cancha, ni faros en la zona de creación. Cuando juega Macnelli (ausente ésta noche) hay que esperar cinco partidos para que deslumbre y el Yulián Mejía de ahora y de siempre, a veces ayuda a ganar partidos, pero no es bastonero mayor de las campañas. Chará trató de echarse el equipo al hombro, pero fue más lo que corrió que lo que pensó, sin darle claridad a la ofensiva. Jefferson primero y Ruiz después, carecieron de asistencias y por eso naufragaron en su cometido . DIM en llegadas de Marrugo, Hechalár , Micolta y L.C. Arias, estuvo más cerca del segundo tanto, que el empate de su rival en incursiones de Yulián, Chará y Murillo.
Rueda, lleno de pánico desde el comienzo cuando amarró a su onceno, quiso abrir las alas solo cuando perdía, con los ingresos de Valencia y Manga. Leonel le respondió con las entradas de Micolta y Yilmar Angulo, haciendo un escalonamiento 4-1-4-1 que redujo el espacio al enemigo por dentro y por fuera, gracias a los doblajes en marca por los flancos y al trabajo de Yilmar impidiendo el juego entre líneas.
Perdió Nacional porque aportó más combate que inspiración. Ganó Medellín porque dentro de su mayor ambición, tuvo agresividad, inspiración y mayores incursiones a zonas de remate ( 7 rojas pos 3 verdes). Después de 413 días sin victorias en los clásicos , el rojo arriesgó más y por eso sonrió en la gramilla y celebró en las gradas.
No les parece ???.