40953 espectadores vibraron en el Atanasio con la igualdad de rojos y verdolagas y los seguidores de una y otra escuadra quedaron conformes al entender que Medellín dominó el primer tiempo y Nacional el segundo.
El segmento inicial, mostró al DIM con más movilidad, agresividad, posesión y circulación del balón. Su rival en cambio se movió poco, fue pasivo en marca y no tuvo creación en los pasillos centrales, en los cuales Macnelly fue un náufrago de la tarde, dejando la labor de gestación y llegada a los arranques individuales de Berrío e Ibargüen, mientras atrás el trío Mejía, Nájera y Henríquez, se desajustó con los movimientos de Caicedo, quien tirándose unos metros atrás aguantó el cuero y tuvo a mal traer al citado tridente. Los escarlatas se subieron a la ola del juego y sus enemigos en el minuto 4, pasaron angustias.
Por la derecha hicieron un doblaje de ataque Marlon y Castro. Éste último tiró un centro desde la última línea y Caicedo defendió la pelota con cuerpo y alma, frente a Nájera y Henríquez. Giró y remató de derecha, soltó Armani y el rebote lo ganó el goleador MAO MOLINA, quien de zurda estableció el 1-0.
A partir de entonces el DIM pudo aumentar la cuenta en 2 apariciones de Leonardo Castro y Nacional respondió con aproximaciones de Macnelli, Arias e Ibargüen. Mientras la gente de Leonel presionó rápido tras la pérdida del balón y tuvo un mejor tránsito del medio campo, gracias a la dupla Didier-Goma, en el campo rival anduvieron lentos sus volantes y arriba los atacantes no recibieron buenos servicios para encontrar zonas de disparo. En los pupilos de Rueda, faltaron compinches adelante y su ofensiva resultó faldicortica. El rojo trazó mejores líneas de pase y cuando sus anclas de la mitad recuperaron, siempre hubo intentos de transiciones veloces hacia Armani. A Nacional le pesaron las piernas y se le fueron las ideas.
El hecho de que el DIM llegara con dos hombres de punta (Caicedo-Castro) más los apoyos de los medias puntas y laterales, lo hizo ver mejor que Nacional que soltó muy poco a Alcatraz y Londoño en funciones de ataque, mientras el resto masticaba mucho las acciones, quedando sin sorpresa al buscar a David González. El 1-0 de los 45’ iniciales se justificó.
Con el pitazo del segundo período, todo cambió. Nacional se convirtió en equipo agresivo, jugó a más velocidad que el adversario, se hizo dueño de la pelota, adelantó sus líneas de presión e ingresó a Guerra (salió el disipado Macnelli) quien resultó más dinámico y desequilibrante en zona ajena. En un avance por los tres cuartos de la cancha, el venezolano sacó en velocidad a dos rivales y habilitó a ANDRÉS IBARGÚEN quien con un quiebre de cintura eludió a Macías y acomodó el balón para la zurda y lo dirigió al ángulo superior de los murciélagos . Un 1-1, para acabar con los murmullos.
Bajó su rendimiento Marrugo y Medellín perdió la posesión que es importante tanto para defenderse como para atacar. Los ingresos de Hechalár, Johan y Arias, fueron bien intencionados, pero no efectivos. Nacional que se recuperó en lo físico y en lo sicológico, pudo ganar en jugadas de Berrío (tiro en el palo), Diego Arias y Ruiz, mientras el DIM sin el balón y sin lanzadores a espaldas de la defensa rival, nunca se acomodó en los contragolpes (con excepción de una arrimada de Caicedo).
Nacional mostró en los 45’ finales que tiene mayores alcances en los aspectos de fuerza, resistencia y velocidad…frente a un Medellín de movimientos pesados, que no volvió a ser el del comienzo. Los verdes circularon mejor la pelota y ésta se le extravió al rojo, que pecó por recular demasiado y quedarse sin argumentos ofensivos.
Fue un partido intenso y con gran generosidad de esfuerzos, en medio de un calor insoportable.
El 1-1 hizo justicia por lo aportado por los dos equipos en cada segmento y terminó ganando la emoción, en un’’ clásico’’ empate sin tristezas de lado y lado.
¿No les parece?
Por: Wbeimar Muñoz Ceballos.