DEBUT GOLEADOR DEL HEREDERO
Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional empató 1-1 en la jornada de anoche. En un partido marcado por actuaciones individuales dispares, se rescata la felicidad enorme que produce en la hinchada el gol de Tomás Ángel, quien marcó a las 50 segundos de empezado el partido y así se inaugura como goleador en lo que pinta como una exitosa carrera en el fútbol profesional.
Rotación en el equipo de Guimarães. Con el debut en copa libertadores muy cerca, el estratega tico-brasilero colocó un equipo alterno en comparación a lo que veníamos viendo; Juan David Cabal y Geisson Perea estuvieron en la saga, Chachón en el medio campo junto a Sebastián Gómez quien, dicho sea de paso, hace cada vez más méritos para ganarse el puesto de titular inamovible; Alex Castro en lo suyo, gambeta y velocidad; Duque, capitán verdolaga, jugó como centro delantero en compañía de Tomás Ángel.
Primer tiempo marcado por un vicio de Atlético Nacional: el exceso de velocidad. Si bien Águilas dio espacios a causa de su constante presión alta, Nacional quiere hacer transiciones veloces todo el tiempo y nunca interpreta los momentos del partido. Además del gol, el verde estrelló dos balones en el palo de la portería rionegrera, pero no mostró más variantes en su ataque y se diluyó en su propio vértigo.
El exceso de velocidad para Nacional es uno de sus principales enemigos en esta era, pero no el único. El equipo carece de creatividad para iniciar su juego cuando lo presionan alto; cuando hay presión alta del rival, la solución de Nacional es el pase largo y las carreras en solitario de sus delanteros. Conviene mejorar en la creatividad y tratar de salir de esa presión a través de una secuencia de pases con movilidad y precisión. Así se podría frenar el equipo y disminuir el vértigo que lo caracteriza y, al mismo tiempo, lo perjudica.
El segundo tiempo no cambió para Nacional, pero si se vio un conjunto rival más incisivo y dominante, justamente el empate llega en una secuencia de presión agresiva en todos los sectores y deriva en un penalti (dicho sea de paso, dudoso) que termina por apagar el fútbol de Nacional.
Se ha vuelto blanco de análisis y crítica común el funcionamiento de los volantes interiores de Nacional; sin importar los nombres, siempre hay algo que comentar del desempeño de esa zona del equipo. Cuando Nacional juega a correr por correr, como ayer (y varios partidos más), los sacrificados son ellos. Para mi, tenemos 4 volantes de correctísimo desempeño, pero que son desaprovechados por jugar a excesiva velocidad.
- Sigue Nacional con la tarea pendiente de hilar dos partidos con rendimiento preponderante. Aún no se logra mantener el nivel positivo de manera estable. Ahora hay que viajar a Paraguay y aunque no se perciba una certeza de dominio, las armas del equipo son suficientes para superar la fase.