Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional, en su duelo ante Bucaramanga en la ciudad de los parques, se trajo un punto en la mochila de los juveniles que fueron a cancha visitante a representar a la institución con mucho compromiso y personalidad. Antes de cualquier análisis es necesario decir que la responsabilidad de cargar a un equipo como Atlético Nacional, con toda su historia y las obligaciones intrínsecas que conlleva la grandeza, no puede reposar sobre los hombros de unos chicos que apenas finalizan su proceso formativo.
Dicho esto, es de admirar, y por supuesto resaltar, la hombría que están mostrando estos juveniles que proceden de la cantera del equipo. Con todo y la inexperiencia que se ve reflejada en la toma de decisiones, hay que decir que están maravillando a todo el país con su calidad técnica. Desde Tomás Ángel hasta Brahían Palacios, pasando por Jhon Solís y Oscar Perea; yo si me siento ilusionado con las futuras estrellas y estoy convencido que con muchas más horas de vuelo en el fútbol profesional, nos darán un espectáculo de fútbol digno de esta camiseta.
Ahora, lo que sí reprochable es la escasa planificación de las directivas a la hora de confeccionar la nómina para este año 2023. Y no es que Nacional tenga un mal equipo, porque en realidad tiene jugadores muy destacados, con muchas habilidades que invitan a pensar que la estrella 18 es muy posible, pero si analizamos a fondo podemos encontrar que la plantilla de este Nacional está cimentada en jugadores ya pasaron los 33 años, o en jugadores que aún no llegan a los 22 años. Esto llamó mi atención porque me he dado cuenta que los equipos ganadores se fundamentan en jugadores que están en su plena madurez de rendimiento deportivo, es decir, entre los 24 y los 29 años, pero estos jugadores en Nacional son de altibajos muy marcados y, desafortunadamente, lesiones muy constantes.
Más allá de eso hay que decir que el “kinder” está respondiendo con creces y qué la hinchada confía en ellos ciegamente, pero cuando enfrentemos equipos de otra dinámica, de otra intensidad, de otro nivel táctico y técnico como los brasileros o los argentinos, a los juveniles les va a costar un montón poder superarlos y, como es de esperarse, a los veteranos se les notará los años.
Esto sólo a manera de análisis preventivo, pues no es mi obligación ni mi derecho el construir la plantilla, pero si creo que es un punto que se debe conversar desde ya para evitar sorpresas en el rentado internacional que está por empezar en unas pocas semanas.
Párrafo final para destacar la picardía y el atrevimiento de Brahían Palacios, sorprendiéndonos a todos gratamente, despilfarró la defensa rival y se divirtió como nunca por la banda derecha. Ese es el jugador encarador y gambetero que necesitaba Nacional desde hace ya varias temporadas; un jugador con la técnica necesaria para poder escapar de la marca sin necesidad de recurrir a la velocidad y el tranco largo. Amagues, fintas, firuletes en una baldosa, en un espacio corto siendo eficiente y efectivo en el 1vs1. Yo quiero ver más de esos jugadores, no sólo en Nacional, si no en el fútbol colombiano, que escasean.