Por estos mismos días del 2016, Nacional le empacaba un contundente 4-0 a Peñarol de Uruguay. Un año después, suenan las alarmas, no por una derrota que es presupuestable en todo equipo de fútbol, sino por la manera como perdió con Barcelona de Guayaquil 1-2, acorralado en el primer tiempo, sin claridad en su rebeldía del segundo y salido de casillas en el tiempo de reposición, cuando fue expulsado Mateus Uribe.
Con una presión alta y atosigante desde el pitazo inicial, los ecuatorianos no dejaron que el conjunto antioqueño dominara la pelota y lo obligaron a salir en largo, desde el fondo. El balón volvíó una y otra vez a predios de Armani, gracias al trabajo de amplitud que emprendieron Velasco, Esterilla, Pineida y Caicedo y a los movimientos veloces de Castillo, Álvez, Márquez y Oyola. El arquero verdolaga con guantes milagrosos, evitó cuatro caídas de su valla.
Cuando más apremiaba Barcelona (13’) llegó un gol de JOHN ÉDISON MOSQUERA, que se vió como de otro partido. Centro de Bernal y zurda de Mosquera para el 1-0. La tozudez del equipo anfitrión, produjo frutos en un cabezazo de ÁLVEZ (24’) en jugada entrenada con movimiento al primer palo y luego a los 45’, en un contragolpe letal, con superioridad numérica y posicional, en el que CAICEDO, quebró la resistencia de Armani, con un zurdazo cruzado. 2-1.
Perder 45’ sin posesión, ni juego posicional, fue la perdición de Nacional. Vino a reaccionar en el segundo período por dos razones : porque Barcelona decidió situar el bloque total en campo propio, custodiando al arquero Banguera, sin volver a atacar para conservar el resultado y los verdolagas empezaron a comer terreno, colocando a sus zagueros en la mitad de la cancha. Salió Nájera para darle paso a Ruiz (46’) , entraron Aldo Leao por Bernal(66’) e Ibargüen por Mosquera (70’). Dayro ocupó el pasillo derecho, bajó Mateus de lateral y Bocanegra fungió de defensa central.
Perdió intensidad Barcelona y creció Nacional. El problema estuvo en que ya Nacional no era acosado en la salida, pero sí en las zonas de creación y finalización de jugadas, lo que le quitó espacios limpios de remate. Es decir el onceno colombiano por fin se asomó al área adversaria, pero sus disparos fueron estorbados una y otra vez y se vió obligado a probar suerte con más precipitud y angustias, que aciertos. Macnelli ,Bernal, Mosquera y Ruiz, gastaron las balas inútilmente.
Barcelona supo cuando atacar y cuando esperar. En la parte complementaria dejó que la gente de Reinaldo Rueda (reapareció en el banco) llegara sin obstáculos hasta los tres cuartos de terreno, pero le apagó la luz en los últimos 25 metros.
El verde sabe que en el torneo doméstico, las cosas andan a pedir de boca… pero que para los siguientes juegos de la Libertadores, tendrá que engrasar mejor la maquinaria.
En la noche del estadio Isidro Romero, hubo una pausa en las sonrisas.
No les parece ¿??
Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.