Por: Juan Felipe Velásquez.
¿Cómo confiar en Nacional después de presenciar lo autoritario y desconcertante de su accionar? ¿Cómo convencer a todos los actores de esta institución para que remen en sincronía? Nacional se autodestruye y es la hinchada quien sufre.
Atlético Nacional es una institución que sale avante pese a sus propios errores. Una familia de jugadores que ha logrado obtener la estrella 17 a pesar de que ni los mismos directivos del equipo NO lo creían posible. Vale la pena cuestionarse si todos estos años de sequía son enteramente responsabilidad de los jugadores, los que estuvieron y se fueron, lo que ya no están; o quizás, la mentalidad perdedora viene de otro lado y el amor propio y de los guerreros en cancha venció y triunfó.
Cada vez es más evidente que en Nacional toman decisiones pensando en el bolsillo y no en la gloria. No puedo decir que es del todo desacertado, pues cuando tienes una motivación intrínseca y natural, el éxito llega por A o por B, pero es que los directivos de la institución van en piloto automático, peleándose entre ellos y destrozando desde adentro el escudo con tal de imponerse y de que prevalezcan sus intereses personales.
Cuando un equipo está enfermo, una estrella es un detonante para agravar su condición y no es, precisamente, la cura para la enfermedad.
El la jornada de ayer en el Atanasio Girardot, Nacional compitió (con su nuevo estilo) con una nómina más que mixta. El Verde demostró que los valores en su cantera dan para ilusionarse con la llegada de nuevos cracks. Demostró que sus fuerzas básicas son top 3 en el país y logró meter en problemas a Cortuluá. Con mayoría de jugadores sub 20, el agridulce en el paladar de la hinchada se intensificó, pues si bien podemos soñar con la aparición de talentosos forjados en Guarne, la injusta despedida de Gio Moreno nos dejó a todos con incomodidad y rabia por lo injusta y arbitraria de su salida.
Nacional necesita sanar y para sanar debe establecer prioridades y conformar un grupo de mentalidad ganadora, que quiera grandeza y que responda a el ADN de la institución. Pero no, no hablo precisamente de los jugadores…