Por: Juan Felipe Velásquez.
Vamos a empezar a ser tajantes y directos. Lo primero es establecer que el proceso Autuori en Nacional no lleva unas pocas semanas. El brasilero llegó hace 3 meses y tiempo de trabajo ha tenido suficiente. Quizás no para sentenciar que debería ser el mejor equipo de Colombia, pero tampoco es aceptable el otro extremo, el de ser un equipo insulso y plano. Extremo que, para ser realistas, es donde se ubica este Nacional.
Cuanta ilusión generó la llegada del profesor Paulo, pero las expectativas no han sido cumplidas. Nadie pide que Nacional sea el Brasil del 70, pero es que, visto lo visto, ayer Nacional parecía un equipo aún en pretemporada. Duro, espeso, poco fluido y dinámico. Curiosamente, más de lo mismo que presentó ante Águilas. Si bien el equipo de Águilas de Rionegro está muchísimo mejor preparado, Jaguares no se acerca nada a Nacional en nómina, estructura institucional, historia o jerarquía.
Una plaza en la que, hasta ayer, Nacional jamás había perdido, pues ahora está rota esa cábala.
¿Por qué Nacional jugó tan mal? Es simple y no tiene que ver con la propuesta del rival. Nacional se anuló solo. Decidió ser un equipo largo y ancho en exceso. Jugar a pases largos y pocas asociaciones en corto. Quiso jugar a una velocidad para la que, evidentemente, no está preparado. Es fácil caerle siempre a la actitud de los jugadores. Ese lugar común en el que cada partido malo es cuestión de que los jugadores no meten y no corren no me satisface. Lo de ayer es todo del DT.
Mala lectura para ejecutar cambios, estrategia inicial errónea, poca intensidad del plantel y un sinfín de errores que terminaron por acabar con Nacional y con su extraña (horrible) propuesta futbolística.
Es hora de mejorar si o si. Autuori inicia su cuarto mes a cargo del equipo. Ya es hora de mostrar evolución. Evolución que llevó al Pereira a ser campeón o a Águilas a dominarnos de principio a fin, estableciendo que cuenta con dos técnicos de la casa verde y que podrían estar haciéndose exitosos aquí, para que seamos claros.