No es fácil adaptar con pocos entrenamientos,a un equipo con muchas caras nuevas : Cuesta, Miller y Velasco en el fondo, más Ramírez, Uribe y Dájome en ataque. Y la dificultad aumentó porque Jaguares tuvo mucha disciplina con 4 defensores movidos en diagonal para efectos de coberturas cortas y relevos y 5 volantes muy cerca de ellos con posicionamiento similar, lo que representó cierre de fronteras para Nacional, sobre todo en el primer tiempo.
Los problemas continuaron con un penál cometido por Miller ( en una cobertura demasiado larga) a Edier Tello a los 16 minutos. Cobró DARWIN LÓPEZ y la visita celebró el 1-0. El panorama en el primer acto fue repetitivo : los visitantes esperando en su zona con dos líneas muy pegadas y Nacional con la posesión de la pelota y la iniciativa, tratando de doblar por los flancos, para descongestionar el juego interior. El esfuerzo resultó inútil, puesto que el conjunto felino no permitió rendijas de maniobra ni de remates.
Reinaldo Rueda movió fichas pensando en la parte complementaria. Sacó a Elkin Blanco, retrasó a Mateus a la misma altura de Arias y bajó un poco a Ramírez y dejó al ingresado Arley Rodríguez como referencia frente a los centrales Córdoba y Díaz, lo que cambió el panorama. Nacional oxigenó la profundidad con Ibargüen por la punta derecha y las compañías de Alcatraz y Velasco y el trabajo interno se hizo con circulación más rápida propiciada por el “indio”, agregándole un argumento contra las murallas, que es la media distancia. Fue cuando Jaguares empezó a quebrar líneas y a ceder espacios.
Nacional en dos jugadas y sendos remates de zurda en 5 minutos, volteó la vespertina gracias a la demolición previa sobre el adversario. A los 61’ EDWIN VELASCO rompió la red desde 25 metros con un tiro cruzado y a los 66’repitió la dosis ANDRÉS IBARGÜEN con un disparo calcado. 2-1 para un final feliz.
Ganó Nacional porque tuvo convicción en la posesión de la pelota para mover al rival de un lado a otro ; porque su ataque se hizo torbellino con guayos explosivos y porque Jaguares viéndose perdedor se fue diluyendo y no volvió a la ofensiva con las transiciones rápidas del comienzo, perdiendo agresividad a medida que avanzó el cronómetro. Mejoró el local en actitud y velocidad, para desgastar al enemigo y éste se fue cayendo a pedazos.
Los 25.000 clientes del Atanasio convocaron al final a una asamblea de aplausos y ovaciones.
No les parece ???.
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.