Reconfortante, porque Nacional al pasar de la alineación acostumbrada de 3 defensas, que se tradujo en 6 goles en contra, en 2 partidos, contra Barcelona y Deportivo Cali, a una línea de 4 zagueros, en la que se reparten mejor los esfuerzos y los espacios, ésta vez logró mantener el arco en cero. Además porque volvió a la eficacia, en un partido en el que Tolima tuvo el mismo número de llegadas punzantes: Nacional construyó 8 ( 6 en el primer tiempo y 2 en el segundo) y el conjunto vinotinto, también 8 ( 1 en el primer acto y 7 en el segundo). Es decir, cada onceno fue dueño parcial del trámite, el local en el primer acto, y el visitante en el segundo.
Al conjunto verdolaga le bastaron 14 minutos, para encender dos luceros en el firmamento : a los 2’ hubo un tiro libre, desde afuera del área. Cobró JUAN DAVID VALENCIA con una curva envenenada. Tolima hizo una barrera de 6 hombres, pero no saltaron Mateus Uribe y Hernán Figueredo y por esa ventanilla que dejaron abierta, entró el balón. A los 14’ un pase de Yulián a la espalda de Obando, hizo que JUAN DAVID VALENCIA, volviera a romper la red, luego de un enganche hacia su pierna floja, que es la derecha. Un 2-0, que se conservó hasta el final, no obstante la avalancha tolimense del segundo período.
En el primer tiempo Nacional tuvo salida limpia con la pelota, desde el fondo, especialmente por parte de Henríquez. Los visitantes iban a apretar en forma individual y no grupal, y esa presión, bien sabemos, no da resultado. Los defensas conectaron con el juego interior de Bernal y Yulián, mientras Farid y Valencia, penetraban por la izquierda, apelando los volantes a la media distancia (porque la amplitud de juego del verde, era tuerta, sin avances por la derecha) y bien pudo subir la cuenta, en las restantes llegadas de los mismos Yulián y Bernal, más dos disparos de Manga y Ruiz, que pasaron silbándole a los palos. A éste accionar, sólo respondió Ibargüen, con una entrada al área, salvada por Armani.
En los 45’ finales, Gamero ordenó el ingreso de Marcos Pérez por Obando y bajó a Delgado como lateral derecho. Cambió la combinación de la caja fuerte, que era un 4-2-3-1, a un 4-3-3, empleando así a tres delanteros ( Pérez, Robin e Ibargüen). Desde entonces Valencia que se retrasó como lateral izquierdo y Alcatraz en el otro lado , no pudieron salir más al ataque. Los pijaos, se lanzaron como fieras hacia la puerta de Armani y la defensa verdolaga, ante la presión intensa del enemigo, se vio obligada a apagar incendios. Fue cuando Osorio envió a Arias al campo, como ayudante de Palomino y con el doble cinco, amainó la tormenta. El arquero de casa salvó a su equipo en tres ocasiones ; Alcatraz sacó un balón de la raya ; Robin Ramírez tuvo dos ocasiones de anotar , al igual que Pérez y Palacios. El problema del Tolima, fue que no estuvo fino, en la finalización de las jugadas.
Los visitantes le agregaron pasión a su fútbol, pero no les alcanzó y terminaron luchando contra el cronómetro. Cuando eso sucede, se apela a la épica, que muchas veces conlleva angustia por una parte y precipitación por la otra.
La gran diferencia la marcó JUAN DAVID VALENCIA, al estampar su huella en la red en dos ocasiones, lo que representa para su equipo una gran inyección anímica, pensando en el juego del 9 de abril contra Estudiantes, por la Copa Libertadores de América.
Mientras tanto en los visitantes, nadie pudo identificarse frente a Armani, con el carné de goleador. Y en el fútbol de todos los tiempos, la balanza sólo se inclina con los goles.