Jornada precisa, para que la hubiera cantado con su ‘’Azúcar’’, la guarachera cubana, Celia Cruz. El Atanasio Girardot con 19392 clientes, vivió un carnaval de goles y una catarata de emociones, gracias a la propuesta de los técnicos, Osorio y Castro, ambos con vocación ofensiva. Cuando los jugadores ponen la melena al viento y la mirada al frente, aún tomando riesgos en defensa ; cuando el medio campo es zona de tránsito y no de estacionamiento ; cuando atacar es más importante que defender… todos nos reconciliamos con el fútbol.
No faltarán quienes, posando de sabios de la estrategia, digan : ‘’ Sí, hubo mucha alegría, pero los zagueros cometieron demasiados errores’’. Al público eso le importa poco, porque ‘’va a los escenarios a divertirse y no a ver películas de terror’’. Por eso nos quedamos con los 2 goles de Copete, quien llega a 9 en su cuenta personal y Preciado, con 1 tanto y 1 asistencia, para seguir como líder en Colombia con 12. La retina guardará las celebraciones, por encima de los desajustes.
Tuvo tanto ritmo el juego, con circulación rápida de la pelota y tanta intensidad y entrega, que ‘’El Pecoso’’ solicitó en rueda de prensa que no le hicieran preguntas, que lo comprometieran con el árbitro ( ‘’quiero mi quincena completa’’), seguramente recordando el segundo gol de Copete, con fuera de lugar previo del servidor de la pelota, Alejandro Guerra. Prefirió aplaudir a sus jugadores juveniles. Osorio se quejó de la defensa verdolaga ( 5 goles en contra en los 2 últimos juegos), pero también felicitó a su grupo. Y la feligresía agradecida al final, despidió a todos con una ovación, que resonó en los 4 costados del estadio.
Estilos diferentes, en cada lado de la cancha. Nacional con salida de la pelota, desde las zona de Farid y Palomino, buscando a Otálvaro, para que éste intentara el surtido de pases hacia Berrío y Copete, en los costados… y Ruiz y Jéfferson en los pasillos internos. Extrañamos, que como es costumbre en ‘’El Pecoso’’, no apretase el sector del doble cinco de Nacional ( en el segundo tiempo la figura cambió a un rombo con Palomino, Farid, Valencia y Guerra, y 3 delanteros arriba). Atrás, muy jugada la defensa en el mano a mano ( 3 locales, contra 3 rivales sin la compañía de un líbero, que siempre es necesario en las coberturas). Con el ingreso de Velásquez (26’), los globos desde los flancos, buscaron el rompimiento en el juego aéreo.
Cali, por su parte, con poca elaboración de juego en el medio, prefirió la transición rápida, con fútbol vertical y la búsqueda permanente de las espaldas de Nájera, Henríquez y Murillo, para aprovechar las cualidades de los ‘’hombres- liebres’’, Preciado y Murillo, acompañados por Roa.
El partido se hizo a tumba abierta, con la ambición distribuída en las dos direcciones. Atacó el Cali y 3 veces estuvo en ventaja. Nacional no cejó en su esfuerzo y fue un rebelde que logró la igualdad, en sendas respuestas. Partido intenso, a veces loco, sin ahorros de calorías o economías de algunas gotas extras de sudor , buscando la victoria. Nadie se escondió y todos, verdolagas y azucareros, jugaron con la mentalidad de tropas de asalto.
Partido inolvidable, que ojalá se repita con todo su voltaje, en Cali. Y expresémosle al fútbol, nuestro agradecimiento, que es la memoria del corazón.
No les parece ???
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.