El partido resultó intenso y emotivo por el trabajo de los dos equipos y no debió tener ese epílogo feo de trompadas y puntapiés por la reacción de los argentinos quienes demuestran una vez más que son malos perdedores.
Desde el punto de vista del resultado, Nacional tomó más riesgos y como consecuencia, ofreció mejor propuesta ofensiva : llegó con peligro 10 veces al arco rival y marcó 4 tantos. La visita creó 5 jugadas punzantes y anotó en 2 ocasiones. Quien genera el doble de fútbol que el adversario, debiera imponerse y Nacional lo hizo con una diferencia de 4-2, para avanzar a cuartos de final de la Copa Libertadores de América.
En el primer acto Huracán propuso marcas individuales en zona y en particular Bogado sobre Sebastián y Fiesler con Guerra. Es decir evitaba en el medio que Nacional hiciera un buen primer pase y así controlaban también la segunda jugada que podía terminar en asistencia para el gol.
Marlos estuvo alejado de su máximo nivel y no ayudaban Bocanegra y Farid con apariciones desde atrás. Total, pocas asomadas al área rival, excepción de un tiro libre de Bocanegra que devolvió el palo y una genialidad de Ibarguen quien sirvió un pase preciso para un remate que desvió Guerra con el arco vacío.
La cuenta la abrió VICTOR IBARBO (24’) con pena máxima. Falta clara de Bogado a Guerra y el 1-0. No duró mucho la alegría porque empató ESPINOSA un minuto después en un parpadeo verde. No es posible que te marquen un tanto producto de un saque de banda. 1-1. Aparte de lo descrito, Espinosa tuvo un segundo remate con filo.
En ese primer período Nacional no tuvo el suficiente picante, para quebrar la doble línea de 4 jugadores que propuso Huracán en sus repliegues. Escaseó el trabajo verdolaga en los costados y los creativos de Nacional fueron encadenados, para preocupación de los 44169 asistentes al Atanasio Girardot. (Recaudación de $ 1463’.023.000,oo). El local quedó en deuda con la dinámica de juego, la velocidad de la pelota y la inteligencia de sus jugadores, mientras los argentinos fueron proactivos en ataque.
En el segundo acto creció Guerra y terminó como gran figura de la noche. Le siguió en méritos Orlando Berrío por su trabajo por la punta derecha. GUERRA marcó el segundo gol a los 58’, gracias precisamente a una pared con Berrío y volvió a anotar a los 68’a pase de Marlos. 3-1.
Descontó ÁVILA (76’) en una chilena de fantasía, ante la pasividad en marca de Bocanegra y cerró la noche una contra que incluyó cabalgata de Berrío, taquito de Ibarguen y vaselina de COPETE. 4-2, en el minuto 93’.
El Nacional de los 45’finales se mostró diferente. Invadió con todo su regimiento el campo enemigo (sobre todo después de la expulsión de Macnelly, a los 54’) presentó mejores pases y presionó muy alto para hacer recuperaciones cerca al arquero Díaz. Tuvo sociedades en la posesión del cuero, abrió mejor el frente de ataque con laterales y extremos, aumentó las marchas en circulación e intensidad de juego y recuperó finura y chispa.
Se exceptuaron los últimos diez minutos, cuando el local en vez de tocar el balón entró en un ritmo loco, jugando a pecho descubierto. Huracán se jugó la vida en el ida y vuelta, porque quiso morir de pié, sacó un defensa y entró al delantero Cachana.
Los argentinos una vez terminado el partido protestaron el arbitraje por el penal (que sí fue) cobrado por Ibarbo y por un supuesto gol anulado. La razón es que el árbitro pitó antes de que el jugador Ávila siguiera hacia la portería conduciendo la pelota y ésta por lo tanto estaba muerta.
Aparte de lo anterior quisieron originar una gresca colectiva tirando puños y patadas a todo lo que se les atravesara. Una hombría mal entendida y que seguramente tienen derecho a mostrar ( como dijo su técnico Domínguez), pero de una manera diferente.
A lo que no tienen derecho es a la indecencia.
No les parece ???
Escrito Por:Wbeimar Muñoz Ceballos.