Con tropas de asalto predispuestas para combatir en territorio enemigo, Nacional quiso imponer desde el vamos, el control y dominio del partido. Abrió por derecha a Berrío, quien en su reaparición acusó la falta de ritmo y acabó con más lucha que profundidad.
Por izquierda Copete se fue amoldando para superar a Meneses y rotar por el frente de ataque y el conjunto en general con cuotas de presión, intensidad y manejo del balón, adquirió un buen voltaje ofensivo. Juntó por el medio a la dupla Bernal-Arias y por momentos a Alcatraz y Hárrison, para tener variedad de ingresos, tanto por fuera como por dentro. Combinó balones aéreos, con otros rasantes, para que se multiplicara el trío Odriozola-Ceballos-Muriel. Sin embargo el primer aviso de peligro lo dio Gómez, con un remate envenenado.
Pero ocurre a veces, que el equipo que mejor hace las cosas, sufre reveses. Pasto era tímido y selectivo en las salidas por dos razones : había acumulado solamente derrotas hasta la fecha y no había marcado goles en el campeonato. Nacional, en ocasiones por el excesivo deseo, ataca sin escalonamientos arriba y regala espacios atrás y en el medio. Producto de lo anterior, a una combinación entre Hurtado y Arizala, siguió un remate de éste último al que Vargas ofreció rebote para que Marlon Fernández situara la pizarra 1-0. Nacional no cejó en su empeño y a los 24 empató con tanto de Jonathan Copete a pase de Arias. El disparo del autor del gol, golpeó al defensa Ceballos y en el cambio de trayectoria, el arquero del Pasto quedó despistado. 1-1- y vuelvan a empezar.
Nacional fue más punzante y se aproximó 6 veces a posición de gol, por 3 de los locales, en el primer período. Respaldado en un excelente acondicionamiento físico, que le da resistencia , para ser obstinado en sus objetivos hasta el minuto final, el verde siguió buscando con un fútbol más cooperativo que el del oponente. Rangel y Quiñonez, estuvieron cerca del segundo y los anfitriones respondieron con dos llegadas de Ramírez y Bolívar, previa aplicación de una premisa : en cada contra, Pasto siempre pasó primero el balón por los costados, para abrir a la defensa enemiga.
Nacional atacaba por todos los lados y abría buenas líneas de pase, con base en sus desmarcaciones permanentes. Todo iba viento en popa, cuando a los 60’, el DT Osorio, creyó que era una ‘’genialidad’’ situar a Copete de lateral izquierdo. El delantero más filoso hasta ese momento, al cambiar de posición dejó de meter miedo al enemigo y Nacional se fue diluyendo a la ofensiva. Fernández (enviado a la derecha por Quintabani) volvió ropa de trabajo a Copete. ( Es una costumbre en el orientador de Nacional, sacar de su hábitat natural a jugadores como Bocanegra, que rota entre lateral derecho, zaguero central, volante ancla o de segunda línea, en una mal entendida polifuncionalidad, que a nada conduce). Osorio vió con tristeza cómo Gustavo Bolívar ganó la zona de Copete y envió un centro al área. Salió Vargas y chocó con Palomino, dejándole la pelota servida a Omar Mancilla quien decretó el 2-1 definitivo, a los 79’.
Tanto se desdibujó el verde arriba, en la última media hora, ante el cierre de carreteras del enemigo y la falta de amplitud en el juego, que Rodin Quiñonez en su impotencia, se hizo una zancadilla él mismo, tratando de engañar al árbitro con un supuesto penál. Henríquez protestó airadamente y se ganó una amarilla, que fue la cuota inicial de su expulsión al final.
Lo que durante una hora fue paisaje prometedor de Nacional, terminó en un manchón negro. El profe quiso mostrarse sabihondo, pero comprobó con su invento, que no siempre ‘’SER PILO PAGA’’.
Escrito Por: Wbeimar Muñoz Ceballos.