Con un gran ejercicio táctico en el primer tiempo y una jugada de inspiración en el último minuto del segundo, Colombia le ganó de nuevo a Paraguay en Asunción, por eliminatorias mundialistas.
Éxtasis indescriptible por el momento en que se produjo la victoria, matando con la última bala del tambor y porque las cuentas hacia Rusia 2018 se hacen cada vez más claras : ganando de aquí en adelante 12 puntos de 27 posibles, estaremos en el certamen orbital en la tierra de los zares.
Del medio hacia atrás grandes rendimientos individuales : Farid y Arias cerrando sus carriles para evitar centros al área ; Yerry y Murillo imbatibles en el juego aéreo que partía de tiros libres ; Sánchez haciendo honor a su remoquete de “La Roca; Cuadrado, Aguilar, Barrios y Muriel, en labor de sacrificio retrocediendo a la primera línea de volantes, para encadenar a los mediocampistas guaraníes. Salida limpia desde ese sector y anchura en los desplazamientos de Cuadrado y Muriel, a tal punto que arriba hubo dos jugadas de peligro. Primero un remate a boca de jarro de Bacca que salvó Barreto y un segundo disparo de Muriel desde 5 metros, que se fue por encima. Después un claro penal de Gómez a Cuadrado, que no sancionó el árbitro.
Mientras tanto, en la vereda del frente, Paraguay no inquietó a Ospina, limitándose a disparos lejanos que siempre se fueron muy elevados. Todo a pedir de boca del medio hacia atrás, pero con déficit ofensivo en un partido muy trabado y de muchas faltas, en el que hubo pocas llegadas. Colombia se mostró superior en actitud y juego, pero pedía a gritos un hombre de talento, que encendiera la luz en la penúltima maniobra. Los locales se dedicaron más a pegar, que a manejar la pelota, con cierta complacencia del juez central, quien no expulsó a ninguno.
Todos pronosticábamos un primer tiempo arrollador de Paraguay y de mucha presión adelantada, pero Colombia le echó el lazo en todo el ombligo y lo obligó a retroceder para sofocar la rebeldía de la gente de Péckerman. Y en la contra, tampoco funcionó : ni una situación de riesgo en terreno tricolor.
Colombia en la parte complementaria siguió con su telaraña en la mitad, pero se fue quedando por varias razones : los locales soltaron más en ataque a Moreira y Candia ; con el ingreso de Derlis y Lucas Barrios hubo mejor manejo de la pelota ; aumentaron su presión del medio en adelante y nuestra selección perdió posesión. En el primer cuarto de hora tambaleó la cabaña de Ospina en un tiro de esquina donde primero cabeceó Gómez y luego remató Lezcano (la primera acción la conjuró Ospina y en la segunda apareció Farid, para salvar en la raya). Posteriormente un disparo fortísimo de Romero fue desviado por Ospina. De allí en adelante mucho despliegue físico del local, pero ninguna llegada más.
Cuadrado acusó cansancio, los volantes de Colombia ni sostuvieron el balón ni pisaron el área rival y nuestro representativo comenzó a quedarse en marca en la mitad y sin profundidad arriba. Continuó el fuerte trabajo en defensa, pero el ataque estuvo anémico. Todos quedamos a la espera de una solitaria acción de contragolpe, bien ajustada…y la aventura llegó con la última sombra de la noche.
Faltando 13’para el final, entró Edwin Cardona por Muriel. Y en la única maniobra atacante de Colombia (comenzando el tiempo de reposición) , Yerry adelantó la pelota a Cardona y éste abrió el manual del potrero con Bacca. Doble pared precisa y preciosa que EDWIN culminó con una vaselina a la salida del arquero Barreto.
La jornada se cerró con un 1-0, que vale oro. Casi cincuenta millones de gargantas cantamos el gol, con un bramido más fuerte que el de las cataratas de Igüazú.
No les parece ???
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballoz