Pasaron 21 años para que Nacional volviera a una final de la Libertadores y 27 para la reconquista del título. Ésta noche ante 44760 espectadores que pagaron 5523 millones de pesos, lo que constituye récord de asistencia y recaudación en el Atanasio Girardot, el “rey de copas” levantó de nuevo el trofeo más importante en el fútbol de América.
Simultáneamente el verde, ha dejado un mensaje que debemos recibir todos los colombianos : en la lucha más que en el premio, está el gran secreto. Siempre habrá que insistir por la victoria. Nunca detenerse !. Y esa es la demostración de que mientras sigamos el recorrido sin volver atrás la mirada, nadie puede robar nuestros sueños !
Nacional fue superior a su adversario en todas las fases del juego : defensa, ataque y transiciones. Ganó con un gol de MIGUEL ÁNGEL BORJA que provino de un tiro libre de Macnelli, a los 8 minutos. El lanzamiento dió primero en Arturo Mina y luego en el palo, para que en el rebote quedara destrozada la caseta, gracias al derechazo del delantero. ( En ésta anotación hubo fuera de lugar de Henríquez, quien en el momento del tanto, estaba adelantado y obstruyendo la labor del arquero Azcona, pero ni el árbitro lo vió, ni tampoco se lo señaló el quinto juez que estaba detrás del arco).
El nuevo campeón creó 11 situaciones de riesgo en el área enemiga, pero sus galliteros se divorciaron de la puntería. El conjunto ecuatoriano, solo encontró 2 veces la dirección de Armani ( a los 35’José Angulo remató en el área y envió la pelota por encima del travesaño… y a los 46’ Henríquez cometió falta en los 16.50 sobre Echuari, que tampoco fue sancionada). Si nos atenemos simplemente a la estadística y no al reglamento, el marcador debió ser más generoso con el cuadro antioqueño.
Independiente planteó un 4-4-1-1, pero se estiró entre defensas y volantes lo que permitió el juego local entre líneas, zonas donde Nacional tomó el mando gracias al buen desempeño de Alex Mejía, Alejandro Guerra y el líder Macnelli Torres, quien fue el director de tránsito en el medio y figura de la noche, puesto que de los guayos de ese triángulo salieron las mejores filtraciones, que dejaron a sus compañeros mano a mano, pero sin finalización de jugadas.
Los primeros 20 minutos fueron de combustión permanente y llegadas de Nacional, pero sin definición. Después el verde desaceleró, pero las respuestas del contendor no aparecieron. Fueron de valorar la mayor posesión de pelota del anfitrión y su repertorio de pases, que son la base del juego colectivo. Mostró en el primer tiempo solidaridad, oficio y esfuerzo, que contrastaron con la pasividad de marcas de los ecuatorianos.
En el arranque del segundo período la pelota pasó a ser propiedad de la visita, que se vió obligada a atacar por el resultado adverso. Independiente aportó velocidad y atrevimiento. Solo eso, porque Armani no tuvo que despeinarse.
Aproximadamente a los 15’del tiempo complementario, Nacional retomó el balón y entró en el carrusel del desperdicio frente a Azcona. Asedió el área enemiga, mereció más, pero no tuvo fortuna en los remates. Llegó al final levantando los brazos al cielo e imponiendo sus mayores jerarquía e historia, mientras la visita se fue al vestuario con el corazón partido, porque intentó rascar a la zaga colombiana sin lograrlo.
Felicitaciones a la Organización A.L, a los directivos, cuerpos técnico y médico, colaboradores y seguidores del doble campeón continental, porque ellos han sembrado desde “la tierra más amorosa de América”, un jardín de paz, amor y felicidad.
No les parece ???.
P.D. Mientras Nacional multiplicaba sus cantos de alegría, Ricardo Lagoyette entregaba su alma al Creador. Líder durante muchos años de las Selecciones Juveniles de Antioquia, se convirtió en forjador de grandes campeones.
Descansa en paz señor y amigo. A su familia van las voces de condolencia y todo nuestro afecto.
Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.