La columna de Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional lo ha vuelto a hacer. En una noche inolvidable, el Rey de Copas sumó su título número 34 al coronarse campeón de la Copa Colombia tras superar al América de Cali en una serie que demostró la grandeza y jerarquía del equipo más laureado del fútbol colombiano. Este trofeo, el séptimo en este torneo, confirma el lugar de Nacional como el equipo que no solo juega finales, sino que sabe cómo ganarlas.
El partido de vuelta en el Pascual Guerrero fue un desafío lleno de tensión y emociones. América, con la urgencia de remontar el 3-1 de la ida, se lanzó al ataque desde el primer minuto, buscando el gol que les devolviera la esperanza. Pero se encontraron con un Nacional sereno, pragmático y con la experiencia que solo un club acostumbrado a estas instancias puede tener. El Verde resistió con inteligencia, cediendo la posesión pero bloqueando cada intento del rival, respaldado por un monumental David Ospina, quien respondió con atajadas cruciales a los embates de jugadores como Duván Vergara y Adrián Ramos.
A pesar del dominio territorial de América, el gol nunca llegó. Los escarlatas se desgastaron en su propio ímpetu, mientras Nacional administraba la ventaja obtenida en Medellín. Hubo incluso momentos en que el Verde estuvo cerca de sentenciar la serie, como el cabezazo de Alfredo Morelos que el arquero del América desvió con dificultad. Nacional no necesitaba arriesgar ni apelar a su mejor versión ofensiva; con una estrategia bien ejecutada, el equipo controló el juego y se encaminó hacia la gloria.
El desenlace llegó de forma abrupta y lamentable. A falta de cinco minutos para el final, los disturbios en las tribunas del Pascual Guerrero obligaron a suspender el partido. Entre invasiones al campo, pirotecnia y enfrentamientos, el caos se apoderó del estadio. Sin embargo, el título ya estaba decidido. Nacional, fiel a su esencia, se alzó con el trofeo y reafirmó su reinado en el fútbol colombiano.
Este logro no solo refleja el esfuerzo en la cancha, sino también la brillante gestión de la dirigencia verdolaga. En pocos meses, el proyecto liderado por Efraín Juárez ha devuelto al club la competitividad y la grandeza que lo caracterizan. Las decisiones estratégicas, el respaldo al cuerpo técnico y la conformación de un plantel equilibrado han sido fundamentales para alcanzar este éxito. Este título es un premio al trabajo serio, planificado y ambicioso de toda la institución.
Pero Nacional no se detiene. El horizonte guarda un desafío aún mayor: la final de la Liga BetPlay contra Deportes Tolima. Este miércoles 18 de diciembre, en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, se jugará el partido de ida de una serie que definirá al campeón del fútbol colombiano. Nacional llegará fortalecido por el título de Copa, pero consciente de que enfrentará a un rival siempre complicado. Tolima ha sido un adversario difícil en finales anteriores, y su combinación de solidez defensiva y contundencia en ataque representa una amenaza que no puede subestimarse.
El equipo verdolaga tendrá que mostrar su mejor versión. La capacidad para mantener el orden táctico, sumada a la contundencia ofensiva de figuras como Alfredo Morelos, será clave para sacar un buen resultado en Ibagué. Además, David Ospina, quien ha sido fundamental en los momentos más difíciles, volverá a ser una pieza crucial para contener los ataques del equipo tolimense.
El 22 de diciembre, el Atanasio Girardot será el escenario de la vuelta, donde Nacional buscará cerrar el año con un doblete histórico. Este partido promete ser una auténtica fiesta verdolaga, con el aliento de una hinchada que nunca falla y que espera celebrar un nuevo título en casa. La oportunidad de sumar la estrella de Liga al trofeo de Copa está al alcance, y el equipo tiene todo para conseguirlo.
Hoy, mientras celebramos este título de Copa Colombia, miramos con ilusión hacia el futuro. Nacional ha demostrado una vez más por qué es el Rey de Copas, y ahora tiene la posibilidad de cerrar el año con un logro que quedará en la historia. Porque esto es Atlético Nacional: el equipo que vive para conquistar y hacer historia. Vamos por más. ¡El miércoles, en Ibagué, empieza la próxima batalla! ¡Y el 22, en el Atanasio, esperamos cerrar el año con otra estrella para nuestras vitrinas! ¡Vamos, Verde, por el doblete!